miércoles, 28 de abril de 2010

Volver a encenderse


Transeúnte obstinada, continué el camino a pesar de sus grietas profundas.

Allí anduve con mis temerosos saltos.

Aquellos anhelos abandonados, además de los tantos desengaños,

todo sirvió para no abandonar, no abandonarme….

El azar que se despliega con sus grandes imanes de incógnitas también me atrajo,

me deje llevar por su ímpetu...

Supe que el aliento abandona el cuerpo cuando todo es agotamiento..

Ahí aparece el alma, prodigioso relevo en medio de la filosa oscuridad..

Y la luz más tenue se convierte en el más bello de los amaneceres

Y cualquier sutil roce se convierte en el mayor de los estremecientos..

Así fue que pasaste por ese mínimo espacio, como por el ojo de la aguja, en la extrema sensibilidad de las emociones.

Ahí nos encontramos...

El leve indicio de una pasada resulta ser la mas profunda de las brisas...

La gente vive entre tornados y no puede sentir el hermoso aroma previo a las tormentas ni tampoco el olor que dejó la lluvia.

Allí nos cruzamos, en esa mezcla atmosférica del espíritu

Cuando parece que menos buscamos, se aprecian mejor los descubrimientos.

Y ya no importa ni el como, ni el cuanto,

solo vale el milagro de lo que vuelve a encenderse...


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