Nada más falso que la idea del espejo. Solamente éramos iguales en que nada encajaba a la altura de la pelvis. Es falso el espejo porque ni bien nos movíamos nuestros cuerpos se diferenciaban. No eran mis dedos sus dedos, no era mi boca su boca, no eran míos esos labios.... su ansiedad, su deseo- me resultaba incomprensible, me resultaba marciana. ¿Qué espejo?
También el espejo es una mentira.
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