En Argentina, uno de sus primeros presidentes, Julio Argentino Roca, es considerado un héroe nacional.
Hay estatuas suyas y calles con su nombre a lo largo y ancho del país, y su cara adorna los billetes de mayor valor, los de cien pesos.
Sin embargo, un número creciente de argentinos no ve de la misma forma a este prócer de los siglos XIX y XX.
Quieren que su cara sea borrada del papel moneda y que sus estatuas sean eliminadas de las calles.
Lo consideran un genocida que acabó con la vida de miles de indígenas durante la llamada Campaña del Desierto contra los pueblos mapuche y tehuelche.
El retrato en los billetes parece mostrar a Roca (1843-1914) como un hombre benigno, considerado y amable, con los mejores deseos e intereses en su corazón para una nación naciente, explica el corresponsal de la BBC en Buenos Aires, Daniel Schweimler.
Fue presidente en dos ocasiones, de 1880 a 1886 y de 1898 a 1904, y se le atribuye la modernización y la prosperidad de Argentina en aquella época, cuando el país alcanzó el estatus de potencia económica mundial.
Como militar lideró campañas contra comunidades indígenas indómitas y logró el control de amplios territorios de la región pampeana y la Patagonia.
Cuestionamientos
Sin embargo, el movimiento anti-Roca dice que la historia fue escrita por sus amigos y seguidores.
La verdad, afirma este grupo citando evidencia histórica sólida, es que el prócer fue responsable de un genocidio contra las comunidades indígenas de Argentina, explica Schweimler.
Los detractores de Roca dicen que sometió a sus prisioneros a la esclavitud, robó tierras que entregó a sus aliados y fue responsable de una corrupción a gran escala, algo que los historiadores del establisment suelen negar o pasar por alto.
Hay campañas en diversas ciudades y poblaciones de toda Argentina para retirar sus estatuas.
Incluso hay una iniciativa en Buenos Aires, donde se encuentra uno de los principales monumentos en memoria del ex presidente, que busca recolectar toneladas de llaves de casas viejas para fundirlas y elaborar una escultura de bronce de una mujer indígena, de diez metros de altura, que sustituya a la de Roca.
Nuestro corresponsal dice que el proyecto cuenta con el apoyo de numerosos escritores, académicos, actores y artistas argentinos.
Uno de ellos es el periodista e historiador Osvaldo Bayer, quien ha confesado que siente vergüenza cada vez que pasa junto a una estatua de Roca.
A casi cien años de su muerte, el debate sobre la figura del hombre considerado como uno de los mayores próceres de Argentina parece estar en su punto más álgido.
¿Fue uno de los padres de la nación o meramente un déspota asesino? El país parece estar dividido en torno de esta pregunta.
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ResponderEliminarHola, me voy a informar y voy a colaborar con mis llaves. Había visto el afiche pero me había olvidado...gracias por recordármelo.
ResponderEliminarBesos
Pao