domingo, 3 de octubre de 2010

lara fabian si tu m'aime

Sting - Englishman In New York

Si es para vos...

Instrucciones

Para recuperar una mujer
hay que estar dispuesto a todo.
A todo
menos
ella.
Porque ella es todo lo que uno no tiene.
Es decir:
uno tiene el mundo pero
la realidad es:
ella de un lado
y uno y todo lo demás
del otro.
Y hay que estar dispuesto a disponer de todo
para que ella disponga,
se sirva, se abra,
se ponga y se deje.
Para recuperar una mujer
hay que estar dispuesto a hacer
un embudo
y meter toda la vida en él
para que vaya y caiga
sobre ella;
hay que encender
un ventilador
en el sentido de todas las palabras
y hacerlo soplar
sobre ella;
hay que meterse, finalmente,
en una picadura de carne
y hacer con ella empanaditas
que ella pueda
comer sin esfuerzo;
hay que disolverse y llover
sobre ella
y todo es poco
y no duele
que duela.
Para recuperar una mujer
hay que entrarle por todas partes:
ser la basurita en su ojo,
el ruido que no la deje dormir,
un resto de amor pegado
a su contestador
como
un residuo entre dientes
para su eterno forcejeo;
una piedrita en el zapato,
una gota de sangre en el borde
de su cama
y de su olvido.
Para recuperar una mujer
todo es poco
porque primero
hay que haberla perdido.

He aquí que tú estás sola y que estoy solo

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.    


Haces tus cosas diariamente y piensas

y yo pienso y recuerdo y estoy solo.

A la misma hora nos recordamos algo

y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya

somos, y una locura celular nos recorre

y una sangre rebelde y sin cansancio.

Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,

se me caerá la carne trozo a trozo.

Esto es lejía y muerte.

El corrosivo estar, el malestar

muriendo es nuestra muerte.



Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado

quién eres, dónde estás, cómo te llamas.

Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,

una mitad apenas, sólo un brazo.

Te recuerdo en mi boca y en mis manos.

Con mi lengua y mis ojos y mis manos

te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,

a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,

hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.

En mis labios te sé, te reconozco,

y giras y eres y miras incansable

y toda tú me suenas

dentro del corazón como mi sangre.

Te digo que estoy solo y que me faltas.

Nos faltamos, amor, y nos morimos

y nada haremos ya sino morirnos.

Esto lo sé, amor, esto sabemos.

Hoy y mañana, así, y cuando estemos

en nuestros brazos simples y cansados,

me faltarás, amor, nos faltaremos.

Qué va a ser de mi...

Qué va a ser de mí, volveré a mentir de nuevo.


Llenaré mi cama de fantasmas, de muertos.

Contaré los días, las calles que nos separan.

Las tardes de domingo esperaré tu llamada.



Maldeciré a las parejas que, abrazadas,

sueñan con habitaciones de hotel desocupadas.

Y odiaré con calma tu risa,

todas mis palabras, nuestra despedida.



Qué va a ser de mí, les diré barbaridades

a las mujeres hermosas que pasen por mi calle.

Sin que me invites, me colaré en tus fiestas.

Cuando venga tu recuerdo, reiré con violencia.



Iré a buscarte a los sitios acordados

aunque tú no vengas, aunque me hayas olvidado.

Te escribiré los versos que nunca te hice,

seré puntual como siempre quisiste.



Qué va a ser de mí, emprenderé un largo viaje

para que el eco de tus noches nunca me alcance.

Qué va a ser de mí, dudo que en ningún bar

me puedan servir todo el alcohol que necesito para olvidar.



Iré a buscarte a los sitios acordados

aunque tú no vengas, aunque me hayas olvidado.

Te escribiré los versos que nunca te hice,

seré puntual como siempre quisiste.